Luego vendrá la voz de son adverso
que ha de fluir en cruentas melodías
donde se apagarán noches y días,
en los fingidos labios, yerto el verso.
Rodará en mar informe y coro inmerso
por la invisible gracia y la ufanía;
con relucientes alas en las vías,
las ya apartadas del otoño terso.
Por un instante dejará las huellas
en el cristal de los ríos rendidos,
copiando sin cesar a las estrellas.
Pero los cantos claros, distraídos,
retornarán de sus regiones bellas,
las bocas habitando en los vencidos.
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