Lancé con mano segura
piedras al lago sereno
que copiaba en su amplio seno
la majestad de la altura .
El lago, todo hermosura ,
tembló un instante , en su seno
se hundió la piedra y sereno
volvió a reflejar la altura .
Cuando en la lucha reñida
me hiere el destino aciago
quisiera, al sentir la herida,
que fuese siempre mi vida
imagen ennoblecida
del limpio cristal del lago.
Marcos Rafael Blanco Belmonte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario