Resistí, volá.
Encendé, viajá, soñá.
Es tanto pero tanto lo que llevás en el pecho
que cada latido es una señal, una señal de
que siempre se ama un poco más.
Y más.
Y aún más.
Imaginá, creé, escuchá,
demorate en esos ojos que te ofrecen un
mundo,
habitalo,
seguí,
explorá.
Y volvé si así lo deseás.
Viajá liviana, liviano,
conquistá estrellas con solo mirarlas.
Besá, decí, amá.
Amá como si fuera la primera vez y la última
al mismo tiempo.
Imaginate esa sensación del primer amor y
del último, todo a la vez.
Y cuando hablo de amor, hablo de sentirnos
vivos. Resistí.
Cuando digo resistí me refiero al viento en
contra, ese que levanta polvo.
Me refiero al desamor y a la mentira.
Me refiero a las máscaras y las piruetas.
Cuando digo volá, me refiero,
a saber cada mañana que tus alas, se van a
acariciar el cielo.
Cuando digo volá, digo sé vos.
Solamente se vuela cuando somos.
Solamente somos, cuando volamos...
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