" Ni subir las penas de prisión
ni meter gatillo fácil..."
Osvaldo Bayer.
"Vivo desde 1933 en Belgrano. La primera vez que he visto dormir chicos en las veredas y en los umbrales es ahora. Ni siquiera se ponen un diario debajo. A veces duermen durante todo el día. Tal vez han llegado hasta aquí huyendo del gatillo fácil. Todos tienen el hermoso color de la tierra y ojos grandes. Salgo a caminar temprano. Diviso una mujer más bien pequeña. Sale de la panadería. Lleva paquetitos envueltos en papel de estraza. Despierta uno a uno a los chicos de la calle dormidos y les da un paquetito.
Los chicos se despiertan, abren los envoltorios: son medialunas. Se ponen a comer sin dar las gracias ni saludar.
Me da curiosidad y le pregunto a la mujer:
–¿Por qué les da medialunas y no pan, que es más barato? –le digo.
–Para que ellos vayan aprendiendo que también tienen el derecho a gozar de otras cosas –me dice, dura, como si yo fuera un entrometido.
La veo alejarse. Es pequeña, tiene la misma estatura que Rosa Luxemburgo, la bella alma, la revolucionaria eterna, con su cráneo destrozado por los esbirros uniformados.
–Tal vez Rosa –pienso– hubiera procedido igual que esta mujer.
Se da vuelta, me mira, cree que soy un policía.
Y no, la sigo observando porque he empezado a admirar a esa sencilla mujer de mi barrio.
Por eso, ni subir las penas de prisión, ni meterles gatillo fácil. Medialunas".
Osvaldo Bayer.
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