cambió de tema, haciendo fuerza para dibujarse una sonrisa,
que acabó pareciéndose más al temblor del agua cuando una piedra rompe el espejo de la superficie.
Le respondí que no.
Entonces, ella se sentó en la cama, apoyó su frente en la mía (para que nuestros ojos fueran un único pasillo que conectara nuestros corazones) y me dijo:
- Cuando no hay sol, los girasoles se miran entre ellos, buscando la luz que no encuentran."
Juan Solá.
Ñeri
No hay comentarios:
Publicar un comentario