" Agosto es un mes jardinero.
Es dentro de él, cuna del invierno, donde las semillas duermen.
Aguardan su tiempo de brotar.
Agosto es guardador de buenas nuevas, preparador de flores.
Agosto es cuando Dios permite a la naturaleza traducir visiblemente
el tiempo de las mutaciones.
Mute, dice agosto en su mensaje de semillas.
Acepte, dice agosto, como el viento frio que levanta el polvillo
y enrojece el cielo.
Comparta, dice agosto, abrigos, sopas calentitas,
cafés con chocolate,
abrazos apretados –ellos también abrigan el alma y anidan el cuerpo-.
Distribuya sus afectos.
El invierno es acogimiento, es tiempo de preparar septiembre.
Y, de septiembre, ya sabemos qué esperar…
la explosión de colores que en sus más variados nombres
vienen en forma de flores.
Apreciemos agosto, hay que recibirlo con el feliz espanto
de quien desafía vientos.
Que desarregle y esparza las hojas, que levante los polvillos al aire.
Acepte las esperas, pero vaya colocando las macetas en la ventana.
Sólo quien vive bien los agostos es merecedor de la primavera."
Miryan Lucy Rezende.
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