La lluvia dejó un reguero de aromas imprecisos. Una mezcla de menta y tierra mojada.
La enredadera estrenó un verdor nuevo liberando brotes rebeldes que se entrelazan entre sí.
Gotas de agua posadas en el malvón del patio .
Percibo la alternancia de lo cíclico que nos atraviesa y la fugacidad de los momentos .
Momentos que se identifican con lo diverso , con lo cambiante , con colores y formas
de otros ayeres.
Parece que el viento , apenas perceptible, se empeña en remontarme hacia
escenarios lejanos de otras lluvias, otros aromas , otros verdores, otros patios…
Transito el patio de la casa de la abuela . Creo ver las baldosas rojas , escucho sus coplas
Y hasta percibo el olor de la comida y escucho el crujir del pan cortado por su manos rugosas,
cálidas y contenedoras .
Fugacidades y diversidad.
Diversidad de emociones.
Diversidad de circunstancias.
Diversidad de sensaciones.
Diversidad de pensamientos.
Diversidad de sueños, ilusiones , utopías.
Y la inevitable diversidad de aprendizajes marcando retazos de vida.
En cada retazo aparece un camino, una fontana, una ruta, un ir y venir , una canción , encuentros y desencuentros.
Formamos parte de ese universo de diversidades y respondemos de manera distinta ante cada estímulo y en cada etapa como si el paso del tiempo fuese un trayecto de mundos paralelos y en cada tramo vamos cambiando… no somos siempre los mismos.
¿Pasa el tiempo realmente?¿ O somos nosotros los que pasamos incorporando matices indefinidos que se contradicen y se ponen de acuerdo recorriendo laberintos y buscando salidas?
Somos diversidades. Si las unimos podremos reencontrarnos en ese tejido de cambiantes sentimientos y , alguna vez, como sin querer, lograremos volver a reconocernos en la exacta dimensión de lo que somos , de lo que fuimos y de lo que quisimos ser.
Tal vez en ese encuentro surgirá el descubrimiento de un otro tallado por los batallares de la andadura.
Réplicas de lo que fuimos …
Amarrando añoranzas,
paisajes rotos,
dichas y duelos ,
silencios y algarabías ,
olvidos y memoria,
el retrato nos devolverá la imagen de esa esencia que fluye desde las raíces
descubriendo que esa sustancia que nos impulsó a caminar sigue viva.
La savia que nos ayudó a “ ser” a pesar de los naufragios y andando a la deriva.
Alejo Márquez.
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