A Carlos Mugica
A secas.
A la distancia.
También aquí los cielos. Lapuerta que se abre
al baldío morado y las penitencias…
Otra vez viento de mar. Otra noche en que el ángel
del anuncio sopla en la espalda. ¿Debo unir
ahora la casa del nacimiento y la breve dicha
la parroquia donde mis padres / mi hermana se
casaron
de la comunión primera / el bautismo de mis
hijas y las fogatas de junio
con vos mi amigo
páramos de luz al que arrimó la muerte…?
Tu sangre en la pared lindera
a nuestra San Francisco Solano
Ya no está el anciano de pelo tremendo y mariposas
anunciando las carreras
a la salida de misa
Son las horas de un nuevo sacerdote
El que llevó un cuerpo abierto / unos pobres gemidos
una respiración que se llenaba de tierra
al mismo hospital de las desgracias familiares
¿Te recibieron las manos que destruían la
esperanza?
¿Permanecía aún aquella criatura de ojos de sauce
que escuchaba: se ha arrojado desde un alto
muro es mejor que la despidan…?
¿Estaban el mismo tropel de ratas / la misma mugre
en las sábanas / el mismo olor de cuero vejado?
Duele padrecito duele…
Te han cerrado los ojos
Y muchos llorarán ahora / putearán ahora con boca
de otro ante tu mirada ¿o ya no miras?
Ya lo ven
Lo han jodido
Al más hermoso lo han jodido
¿Quién lo habrá amado / quién lo habrá reído
igual a esos buenos que derraman incienso
y transpiran como animales inocentes bajo
el manto negro?
¿Serán de ellos las flores más claras?
Ellos repiten palabras de Dios:
es justo y necesario
¿Es justo y necesario…?
Cae la muerte sobre la ciudad y en nuestra alma
Padrecito ¿nos aliviarás alguna vez desesperados?
¿Confortarás el miedo?
¿Traerás el sol en el momento de lo oscuro?
En esa pared donde han puesto una cruz de tiza
besé con temblor una carne dulce
y volví corriendo a confesarme / tenía 10 años
Vos cumplías 44 y tu carne se astilló en mil pedazos
se contrajo como un papel quemado
¿Padrecito es pesada la intemperie?
¿Velarás por mis hijitas? –ellas se inclinan ante
la rosa de agosto–
¿Qué hacés desnudo ante las tinieblas?
Confiado loco extraño amigo
La alta paz perdió la partida en la frente del
hombre
Después de dar misa desarmado igual
fuiste condenado y privado de vida
siendo justo
y no te resististe…
Nadie se arroga
Nadie banca el odio
La torpe peste contra una marca de caricias
Pero alguien fue…
Tu sangre estaba en la pared
Corría por la alcantarillas
Cuando llegué a la parroquia el agua de la noche
te llevaba de prisa por la alcantarillas
Y al apretar tu mano
Estabas amarillo estabas seco estabas muerto
¿Estabas amarillo?
¿Seco?
¿Muerto?
¿Perdona nuestras culpas quien vio el cielo abierto
y los ángeles que suban y descienden sobre el
Hijo del hombre?
¿Es hermosa la virgen que amabas?
¿Consuela ella la pena / ilumina nuestros huesos?
¿Contempla ella la hambrienta naturaleza que
te destruye?
Mi madre acaricia tu cabeza
Un doliente quieto no le asusta
Escuchaba tus misas de los sábados y te amaba
Acaso porque éramos amigos
O porque sabía que eras un bienaventurado
¿Recuerdas cuando fue a vos en busca de consuelo?
Ante su temor le dijiste: es mejor el sacrificio
que permitir un mundo tan injusto
tan lejos de Dios
Y ahora está tu alma levantada mientras mi madre
besa tu rostro triste
casi sin carnes
(viva vela consumida por un viento atroz)
Y yo la contemplo
Y después vomito en la casa familiar porque no puedo
soportar aun la humilde comida habiendo visto
tu alegría
convertida en un himno de gemidos
y tu agua agitada en sólo
caverna de piedra
Tu nombre en la primera plana de los diarios
Tu féretro en los mismos diarios donde denunciabas
las torturas
¿Ya no más responsos por el caído?
¿Ya no más aliento en las mañanas del desamparo?
¿Ese amor quedará sin reflejos al costado del vidrio
limpio?
¿Tanta desesperación de claridad se extinguirá
en la rompiente?
15 tiros te han dado
¿Dolió la víbora negra que sofoca / la llama que
calcina?
¿Odiaste esos pechos que respiran crueldad?
¿Los perdonarás?
Tu exhausto corazón ¿cobijará aun el brazo que lo golpea
la danza ciega que lo desgarra?
Caminar entre los pastos duros / el barro y los perros
y las bolsas de ajíes
Llegar hasta su villa y preguntar: ¿todo está bien?
La capillita / el almacén / la escuela / el dispensario
¿todo está bien?
Tú a mi… ¿nos dirá Jesús dónde nos abrazamos,
en la comarca del humilde o en el
velatorio del Presbítero Carlos Mujica…?
Rendido
Seco de horizonte
Sin fuerzas para alejar esta gruesa arena que todo
lo cubre
¿Cómo creer que se salvarán los hijos del menesteroso
y se quebrantará al violento
que florecerán en nuestros días justicia
y muchedumbre de paz hasta que no
haya luna
cuando toda esta pesada muerte de muertes es
para él
apenas un amigo que sonríe
mientras me abre la puerta…?
Jetón rubio
Padrecito
Emboscados y con armas a vos
que anduviste siempre franco
sin cuidados ni ayudas
A pesar de las bombas / de las amenazas
Del anuncio de esta muerte tuya…
Nadie dice que fue
Nadie se arroga
Pero tu sangre estaba en la pared
Corría por las alcantarillas
Se mezcló con otras sangres se perdió en el
río sucio / en basurales ¿quiénes han sido los
jueces? ¿quién decide y apaña
los calvarios?
Nos alejas
¿Estas moscas sobre tu nariz son las moscas de
la villa?
¿De la villa donde crecía tu amor y tu verdad como
el fuego limpio o una buena planta?
Pequeña mosca déjalo
Márchate un instante Malvenida
La lluvia / el silencio Carlos
¿Duele la patria padrecito?
¿Nunca piedad? ¿Nunca campanas de fiesta?
¿Algún día?
Vicente Zito Lema
Buenos Aires, mayo de 1974
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