" Una profesora me cuenta esta experiencia personal: en una prueba escrita
descubre a una alumna con las manos debajo del banco,
se acerca y le encuentra su machete escondido.
No se enoja, no le grita, no hace público el hecho,
no la pone en evidencia frente a sus compañeros,
no la expone para que el resto escarmiente;
en el más absoluto silencio le retira la hoja .
Días después, le toma el recuperatorio y, ya al final de la hora,
vuelve a descubrir a la chica con las manos debajo del banco.
Se acerca, resignada, y encuentra que lo que escondía esta vez su alumna
era un ramito de jazmines.
- Son para usted, le dice, y se lo entrega junto con el examen terminado
y con la mayoría de los puntos bien resueltos.
Todo chico valora ser respetado, me comenta la profesora,
todo chico merece ser respetado.
Porque son chicos, y están aprendiendo."
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