“…Señor colibrí, tú que vienes de tan lejos
llévale un poema a mi madre.
Dile que estoy bien.
La madre tierra me cuida."
Dharius Vidal
Dharius Vidal
Existen mujeres que no leen poesía
las que toman café de olla
en lugar de capuchinos en Starbucks,
las que no saben quién es Bukowski
ni tampoco Mónica Gae o Sabines,
pero se saben el camino a la escuela o bibliotecas,
porque por ahí llevan a sus hijos, nietos o hermanos.
Son ese tipo de mujeres que trabajan
en casas de familias,
en fondas de esquinas
lavando y cosiendo lo ajeno.
Las que no usan bolsas Michael Kors
Usan bolsas de plástico, morrales o mochilas.
Son aquellas que no usan Internet
sino treinta pesos de recarga
para estar pendientes de sus familias, de sus hijos.
Las de mala ortografía,
las de fiestas patronales,
en lugar de centros comerciales, de teatro,
o cenas de gala.
Existen mujeres “sin doctorados”,
las que no son abogadas,
secretarias o ingenieras,
pero son más sabias e inteligentes;
con sentido común, ecuánimes,
mujeres de buen corazón;
las de vestidos de manta y huaraches.
Las que no se maquillan,
ni necesitan prendas costosas o zapatillas
para sentirse mujer.
Mujeres valientes, de una sola pieza,
que no se rompen, que no se agrietan,
que no se quiebran.
¡Mujeres fuertes!
Son aquellas que ves vendiendo frutas
en mercados o debajo de los puentes,
en parques, quioscos o avenidas.
No saben aún de la tecnología
ni hablan inglés.
Pero nos dan los buenos días, las gracias
y por favor, siempre con una sonrisa
que te causa rubor.
Y son felices mirando paisajes,
contando las estrellas,
y tienen tiempo para poner sueños a su día.
Mujeres, como la Madre Tierra,
fértiles, calladas, sabias, protectoras y fuertes,
porque cada mujer indígena
lleva consigo poesía, es poesía.
Dharius Vidal
No hay comentarios:
Publicar un comentario