Las manadas son la base para la supervivencia de los lobos y es necesario protegerlas al máximo. Sin ellas no hay posibilidad de que la especie se consolide.
Piensa que el vínculo social y el hábito de cuidarse entre los lobos solo está por detrás de los humanos y de algunos primates. El macho alfa tiene una figura jerárquica clara. Único macho reproductor, es el que lidera posibles ataques a otros intrusos y el responsable de buscar alimento.
La hembra dominante tiene un papel primordial y será la única cubierta por el macho alfa y responsable máxima de los cachorros. Las otras hembras del grupo se repartirán el papel de niñeras y ayudarán a la hembra dominante en las tareas de educar a los pequeños.
Los lobos veteranos son muy necesarios dentro de la manada, ayudan a enseñar el territorio a los pequeños, les enseñan a cazar, van en busca de posible comida para avisar a la manada.
Es bastante común que exista un lobo omega, el animal que ocupa la posición más baja en el escalafón de su estructura social y en el cual los otros lobos descargan toda su presión y competencia entre ellos. Como escribió Rudyard Kipling:
«La fuerza de la manada es el lobo y la fuerza del lobo es la manada».
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