"Sólo se ve bien con el corazón .
Lo esencial es invisible a los ojos"
Antoine de Saint-Exupéry.
Prisa. Siempre andando con prisa .
Para llegar al laburo. Para llegar al super.
Para llegar al banco. Para llegar ....
En medio de tantas prisas miramos pero no vemos.
No vemos las imágenes cotidianas que tropiezan con nuestra mirada
y tienen la capacidad de conmovernos.
Detener la marcha de tanto en tanto nos permite captar
postales de gestos que pasan desapercibidos.
Miramos pero no vemos.
Ver. Para conectarnos con ese mundo que palpita en derredor
y capturar la ternura que se desplaza en insólitos cuadros
de profunda belleza.
La belleza del " sentir".
Ese " sentir" tan devaluado del que hablaba Benedetti.
Ese sentir condenado a la clandestinidad.
Vivenciar en medio de apuros y borrascas la magia de seres
que se cruzan en el camino y nos muestran la olvidada costumbre
del cobijo, del amparo en pleno desamparo, del abrazo en épocas de distancia social,
de mascarillas y de falta de empatía.
La emoción bien vale detener el paso.
Y seguir aprendiendo que la vida late en quienes no cierran los ojos,
en quienes ven en el otro brazos y manos que abrigan, en regazos
que albergan y protegen . Lo exterior no necesita moños
y oropeles para sorprendernos . En lo interior germina la esencia de lo
que realmente somos...
¿Quién dijo que todo está perdido?
Alejo Márquez.
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