La sociedad chilena es muy racista y despectiva respecto de los mapuches
y de los otros pueblos originarios que habitaban el país antes de la llegada de los conquistadores.
Mi madre, hija de mapuche, ocultaba su condición como mecanismo defensivo,
para conjurar el desprecio.
Pero fue justamente mi abuelo andaluz el que un día me habló de esa parte mía
que no estaba presente más que en mi apellido materno.
Él me hizo acercarme a esa parte de mi familia, y un día me leyó lo que Ercilla había escrito
acerca de la gente que habita en la Araucanía:
“La genta que la habita es tan altiva, tan soberbia,
gallarda y belicosa, que no ha sido por rey jamás vencida, ni a extranjero dominio sometida”.
Habita en mi una parte europea y una parte mapuche,
y sé que es esta parte del sur del mundo
la que marca mi personalidad y temperamento resistente."
Luis Sepúlveda.
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