Fluirán hacia el mar
indiferentes los ríos,
o franquearán las hundidas orillas:
Antiguas obras de tenaces hombres.
Gemirán los glaciares
al pulir el fondo
o se precipitarán de pronto
anegando los abetos.
Seguirá el mar debatiéndose
confinado entre los continentes
sintiendo codicia por su riqueza.
Seguirán su curso
sólo estrellas planetas y cometas.
La Tierra temerá también las leyes
inmutables de lo creado.
inmutables de lo creado.
Nosotros no. Nosotros, ramificación rebelde
de mucho ingenio y escasa sensatez,
destruiremos y corromperemos
cada vez con mayor celeridad;
De prisa, de prisa, retardemos el desierto
en las selvas de la Amazonia,
en el corazón vivo de nuestras ciudades,
en nuestros corazones.
Primo Levi.
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