"No me llames extranjero, ni pienses de dónde vengo.
Mejor saber dónde vamos, a dónde nos lleva el tiempo.
No me llames extranjero, porque tu pan y tu fuego,
calman mi hambre y frío, y me cobije tu techo.
No me llames extranjero: tu trigo es como mi trigo,
tu mano como la mía, tu fuego como mi fuego.
Y el hambre no avisa nunca, vive cambiando de dueño..."
Mejor saber dónde vamos, a dónde nos lleva el tiempo.
No me llames extranjero, porque tu pan y tu fuego,
calman mi hambre y frío, y me cobije tu techo.
No me llames extranjero: tu trigo es como mi trigo,
tu mano como la mía, tu fuego como mi fuego.
Y el hambre no avisa nunca, vive cambiando de dueño..."
Rafael Amor.
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