Somos lo que queremos ser y lo que nos van dejando ser.
Somos el veraz producto de afirmaciones y también, de muchas negaciones.
Somos fruto maduro de posibilidades, alegría y dolor, fortalezas y debilidades…
La valentía. El miedo. El riesgo. El arrojo. Error y acierto.
Somos la mano que abre y cierra las puertas y también la que golpea cuando están cerradas.
Somos los pasos que andan un camino de rectas, curvas y contracurvas, cruces, atajos, empalmes e intersecciones.
Somos un cuerpo; pero sobretodo un espíritu potente.
Somos un espacio físico que se expande y un territorio intelectual que se propaga.
Somos nuestra propia luz; por lo tanto la proyección de nuestra propia sombra.
Somos como nos vemos; pero, también como nos ven.
Somos una valija repleta de sueños y un espejo triturado de múltiples realidades.
Somos alforja de responsabilidades. Con derechos. Con deberes. Con nosotros. Con el otro.
Somos uno con uno y uno en un millón.
Hacia adentro… para afuera.
Somos el río y su ribera, la planta, la semilla…las dos caras de una misma moneda.
Somos recuerdos reciclados en el hoy.
Ancestral esperma.
Registro de voces de otros tiempos y padrón de épocas futuras.
Somos herencia, presencia, “aquí y ahora”, sello, huella dactilar, profundo surco…
Seguros. Vulnerables. Carne y emoción. Momento y eternidad.
Únicos.
Pero, aún así, no somos en su totalidad…
Siempre “estaremos siendo” hasta el último momento de nuestra existencia."
Carlos Alberto Boaglio
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