Sentado en el tranvía, pensativo,
decíame:- ¿Es que en vano corre el tiempo?,
¿Es que siempre ignorancias e injusticias
flagelarán al infelice pueblo?,
¿Es que siempre habrá mansos que soporten
la servidumbre y siempre habrá soberbios?
¿Es que aún la electrofuerza no propulsa?
¡Sangre hecha luz!, ¿El carro del progreso?
¡Y qué honda tristeza me invadía
paralizándome como un veneno!
Mas, sentado a mi diestra, con su traje
de labor sucio y roto, vi un obrero;
y, ¡oh, júbilo!, ¡Aquel hombre miserando
tenía un libro en sus callosos dedos!;
¡Y lo leía cavilosamente!
¡Qué proficua lección me dio ese obrero!
Entreví el ideal por los suburbios
sembrando ideas, dando sentimientos;
¡y en vez de mi dolor, sentí pujante,
que una ola de fe me alzaba el pecho.!
Álvaro Yunque.
De: "Versos de la calle"
1924.